Poco a poco, los drones han entrado en nuestras vidas hasta convertirse en útiles herramientas que se utilizan en un sinfín de contextos. En el caso concreto del uso de drones por parte de las empresas, su utilidad es también indiscutible. Pero, detrás de las ventajas de estos pequeños vehículos aéreos no tripulados, se esconden normas, precauciones y otras cuestiones importantes.
Por ejemplo, ¿sabes dónde puedes grabar con un dron y dónde está prohibido? ¿Es necesario disponer de algún título? ¿Qué ocurre con los drones y los datos personales? En el presente artículo, lo desvelamos todo sobre los drones en el ámbito de la empresa, para que los puedas utilizar con seguridad y aproveches, así, todos sus beneficios.
Pasado, presente y futuro de los drones en el mundo
Comenzamos haciendo un breve repaso por el origen de los drones en nuestra sociedad. En este sentido, has de saber que, aunque lo parezca, los drones no son ninguna novedad.
¿Sabías que en los años 60 ya los utilizaba el ejército de EE.UU. para labores de reconocimiento? En el ámbito civil, en cambio, no se popularizaron hasta los años 80, cuando Japón decidió recurrir a estas máquinas para fumigar cultivos.
Hoy, su uso no ha hecho más que extenderse, y son ya muchos los sectores en los que se utilizan profesionalmente los drones:
- Audiovisual: gracias a los drones, es posible filmar imágenes de altísima calidad y desde perspectivas nunca antes imaginadas.
- Infraestructuras: para realizar levantamientos topográficos, para hacer el seguimiento de una construcción o para controlar los trabajos y prevenir accidentes.
- Minería: en este ámbito son especialmente valiosos los drones, sobre todo para llegar a zonas de difícil acceso.
- Agricultura: con ellos se puede gestionar el riego de los cultivos, así como supervisar su crecimiento e introducir mejoras en la maquinaria.
- Seguros: sirven para perseguir el fraude, conocer el riesgo potencial de un entorno, hacer el inventario de los bienes asegurados y evaluar los daños tras un siniestro.
- Medioambiente: algunas de sus aplicaciones en este área son el control de actividades no permitidas, la detección de vertidos y la observación y el mantenimiento de la flora y la fauna.
¿Llegarán los drones a las ciudades?
Las smart cities son ya prácticamente una realidad, y en ella caben, cómo no, los drones. ¿Cabe esperar, entonces, que veamos pronto a estas aeronaves sobrevolando nuestras calles? Todavía es pronto para saberlo, pero los expertos ya esgrimen cuáles serían, si esto sucede, los retos a superar, que se relacionan con:
- La ética y la privacidad: la privacidad e intimidad de las personas debería estar en todo momento protegida y tendrían que evitarse usos ilegítimos de los drones, por ejemplo para labores de terrorismo o espionaje.
- El coste para las empresas: es previsible que tenga que pasar un tiempo para que resulte rentable para las empresas realizar grandes inversiones en este sentido, con un contexto legal todavía en desarrollo.
- La normativa y la seguridad: la obtención de licencias, la contratación de seguros y el cumplimiento estricto de todas las normas podría llegar a resultar un freno. Además, no hay que olvidar que en las ciudades los drones tienen más riesgo de sufrir colisiones.
- El impacto social y medioambiental: es posible que tener una gran cantidad de drones sobrevolando nuestras ciudades tenga un impacto en las personas y en la naturaleza que haya que minimizar.
- Los requerimientos técnicos: para que los drones funciones correctamente, son necesarios sistemas ‘antifallos’, que garanticen la precisión, las bajas vibraciones y el vuelo en cualquier situación meteorológica.
Aparte, ya se sabe que para que los drones se instauren definitivamente en las ciudades antes hay que garantizar una gestión coordinada y en tiempo real. Es decir, hay que desarrollar servicios que hagan posible el control del tráfico de las aeronaves no tripuladas y la comunicación entre ellas y con otros servicios públicos o de emergencias.
La normativa aplicable al uso de los drones
Fue en 2014 cuando nuestra legislación hizo referencia por primera vez al uso de los drones, en la Ley de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia.
Sin embargo, en la actualidad no es esta norma en la que nos debemos fijar. Con el tiempo, tanto en España como en Europa se han publicado normativas específicas que es fundamental que conozcas.
Legislación española
En primer lugar, hay que destacar a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) como el organismo encargado de regular el uso de los drones en España. En cuanto a la ley vigente, es el Real Decreto 1036/2017. Básicamente, establece lo siguiente:
- Los drones han de estar siempre a la vista de su piloto.
- No pueden superar los 120 metros de altura.
- No deben volar a menos de 8 kilómetros de aeropuertos o aeródromos.
- El piloto es el responsable de cualquier daño que cause el dron.
- Todos los drones han de llevar placas identificativas con el fabricante, el modelo, el número de serie y el contacto del piloto.
Legislación europea
En Europa, desde este año 2021 es de aplicación un nuevo marco regulatorio para el uso de drones, que contempla el siguiente conjunto de normas:
- Reglamento de Ejecución (UE) 2019/947.
- Reglamento de Ejecución (UE) 2020/639.
- Reglamento de Ejecución (UE) 2020/746.
- Reglamento Delegado (UE) 2019/945.
- Reglamento Delegado (UE) 2020/1058.
Todos estos reglamentos conforman la normativa europea en materia de drones. Por si te resulta de utilidad, la EASA (European Union Aviation Safety Agency) ha preparado este apartado de preguntas frecuentes sobre dicha normativa europea.
Los drones y la protección de datos
Una de las cuestiones en las que hace hincapié el anteriormente citado Real Decreto 1036/2017 es la necesidad de respetar el derecho a la intimidad de todas aquellas personas que son susceptibles de aparecer en las grabaciones efectuadas por drones.
En consecuencia, en la norma se insta a los responsables a cumplir en todo momento con lo dispuesto en la LOPDGDD y en el RGPD. Es decir, se les obliga a:
- Tratar de evitar la aparición de cualquier persona en las imágenes, por ejemplo, grabando en las horas de menor afluencia.
- Si no es posible evitar su aparición, difuminar cualquier parte de las imágenes que permita la identificación de personas, vehículos o viviendas.
- Grabar únicamente el tiempo que sea necesario y hacerlo a la mínima resolución posible.
- Impedir a terceros el acceso a los datos recogidos.
- Evitar almacenar innecesariamente datos o información relativa a personas.
- Delimitar adecuadamente las responsabilidades sobre el tratamiento de los datos de todos los implicados en la grabación y uso del dron.
- Permitir a las personas interesadas ejercer su derecho a la información con respecto al tratamiento de sus datos.
- Hacer lo posible para que los drones sean visibles todo el tiempo.
¿A qué sanciones se enfrentan los que incumplen la ley?
Si quien pilota un dron no cumple todas las normas establecidas, es posible que tenga que hacer frente a cuantiosas sanciones. Estas, además, varían en función de si se trata de un uso recreativo o un eso con fines comerciales o profesionales:
- Vuelos recreativos: hasta 225 000 euros.
- Vuelos profesionales: hasta 4,5 millones de euros.
Vistas las cifras, no cabe duda de que, en cualquier caso, es mejor prevenir. Y una de las formas de hacerlo es contratando un seguro de responsabilidad civil. Pero ¿es el seguro realmente obligatorio?
La respuesta, de nuevo, depende de si hablamos de fines lúdicos o comerciales. En el primer supuesto, no necesitarías contratar un seguro. En cambio, si usas el dron para fines comerciales o profesionales, sí debes contratar un seguro de responsabilidad civil. No obstante, ten en cuenta que Europa ha fijado que, como máximo, las aseguradoras pueden cubrir hasta 300 000 euros en caso de negligencia.
Con toda esta información, esperamos que estés ahora mucho más preparado para aprovechar las ventajas de usar drones en tu empresa. Si, aun así, todavía te quedan dudas, recuerda que puedes contactar con nosotros siempre que lo necesites.